Las tres reglas de Wesley pueden ser una guía de vida para gente de todas las edades

Las ilustraciones que uno encuentra en el libro infantil “Three for Me!” pueden levantar preguntas que nos guiarán a discusiones más profundas. Las referencias históricas se entrelazan con dibujos para niños mientras los personajes principales se imaginan de qué manera podrían guiar su vida con las tres reglas de Wesley para lograr una vida de santidad: “No hagas daño; haz el bien; ama a Dios siempre”. Las imágenes sujetas a derecho de autor han sido provistas por Julie Wilson, Lisa Weaver and Hannah Sandvold.
Las ilustraciones que uno encuentra en el libro infantil “Three for Me!” pueden levantar preguntas que nos guiarán a discusiones más profundas. Las referencias históricas se entrelazan con dibujos para niños mientras los personajes principales se imaginan de qué manera podrían guiar su vida con las tres reglas de Wesley para lograr una vida de santidad: “No hagas daño; haz el bien; ama a Dios siempre”. Las imágenes sujetas a derecho de autor han sido provistas por Julie Wilson, Lisa Weaver and Hannah Sandvold.

“Quiero crear lugares y situaciones, así como simplemente pensar que nuestra fe es parte de la vida diaria, y no sólo algo para el domingo por la mañana”, dice Lisa Weaver, directora de ministerios infantiles de la Iglesia Metodista Unida Bethany.

Juan Wesley promovió tres reglas básicas para la vida santa: “No hagas daño; haz el bien; cumple con las ordenanzas de Dios” (esta última regla por lo general se reformula como “ama a Dios siempre”). Las reglas de Wesley pueden guiar a los metodista unidos de todas las edades a encontrar maneras de poner su fe en acción cada día.

“Algunas veces es abrumador tratar de imaginar qué podríamos hacer para solucionar lo que ocurre en el mundo. Las reglas de Wesley lo expresan en una forma simple”, dice la Rev. Julie Wilson, pastora de la IMU Bethany. Nos exhorta, “ustedes pueden llevar a cabo estas tres cosas que son fáciles de hacer. Es alentador darse cuenta de que tenemos control sobre lo que ocurre en el mundo a nuestro alrededor. Hay esperanza”.

Weaver añade, “es realmente importante para nosotros y los niños recordar que no todo es tan agobiante que nos quedamos paralizados. Está bien sonreír y tener sentido del humor”.

Tres reglas para todas las generaciones

Durante una serie de sermones acerca de las tres reglas de Wesley, Wilson y Weaver colaboraron juntas para ayudar a que los niños entiendan mejor cómo estas reglas pueden guiar lo que dicen, su estilo de vida y sus relaciones. Este proyecto generó el libro ilustrado: Three for Me!

Aunque fue escrito e ilustrado para niños, el libro le recordará a todos cómo es que las reglas de Wesley pueden guiarnos a crear un mundo mejor.

No importa quién se siente a leer con los niños, el libro intencionalmente fomenta la conexión entre las generaciones. Wilson comenta, “Pensamos que era una manera de superar la brecha. Uno puede enseñarles a la vez que uno aprende”.

A lo largo del libro, los adultos se deleitarán en ubicar detalles que los más pequeños podrían pasar por alto, como la aparición de Juan Wesley. Hay tantas aplicaciones para todas las edades que Wilson y Weaver planean usar el libro en un estudio de discipulado para adultos.

Weaver pregunta, “¿Son estas ideas aplicables para el día de hoy? Trescientos años es un largo tiempo. Esta es una invitación a reflexionar sobre uno mismo, sobre lo que ocurre a nuestro alrededor y sobre lo que pensamos”.

Cada página genera conversación

Se anima a los lectores a considerar qué pasos deberían dar para vivir según las reglas de Wesley, desde hablar amablemente hasta el reúso de una bolsa de compras. Los adultos pueden detenerse para preguntarle a los niños cosas como, “me pregunto cómo podemos hacer el bien en casa y en el vecindario”.

 “Usted no tendrá todas las respuestas todo el tiempo”, dice Weaver. “Quizá tenga que pensar al respecto y cuando lea el libro de nuevo quizá se le ocurra algo nuevo. Eso es parte de lo que queríamos comunicar. No somos seres estáticos. Estamos siempre creciendo y pensando y expandiendo”.

El libro apunta a leer la Biblia como una forma de seguir amando a Dios, lo cual podría crear otra oportunidad de aprendizaje. Weaver dice, “Miqueas 6:8 es verdaderamente fundacional y tiene paralelos obvios con las tres reglas de Wesley. Tome una Biblia, encuentre dicho versículo, léalo y trate de conectarse otra vez”.

A la vez que el libro progresa, los lectores se dan cuenta de que cada personaje, todos de diferentes edades, emprende un viaje único. Weaver explica, “los personajes se familiarizan con los ideas de Wesley, y las asimilan antes de hacerlas suyas”.

El libro termina con algunos datos históricos detallados sobre la vida de Wesley, y añade preguntas para generar meditación y curiosidad.

Quizá los niños querrán aprender más de John Wesley. Adultos y niños pueden investigar su vida juntos. Quizá las tres reglas se conviertan en temas continuos de conversación. Podría ser que las familias se pregunten durante la cena, “¿Cómo pusiste en práctica las tres reglas el día de hoy?”

Laura Buchanan trabaja para UMC.org  en Comunicaciones Metodistas Unidas, Nashville, Tennessee. Contáctese por email.

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