Sufrimiento: Explore las emociones de un corazón roto

Muchas cosas pueden causar sufrimiento, desde una pérdida hasta un cambio en la vida. Todos lo experimentamos en algún momento, y cuando ocurre encontramos consuelo en nuestra fe y en historias de perseverancia.

La muerte de su esposo llevó a Missy Buchanan a escribir el libro Feeling Your Way Through Grief: A Companion for Life After Loss. Esta autora y conferencista metodista unida nos explica, “Se trata de explorar nuestras emociones como una forma de avanzar. Es una invitación a caminar a tientas junto a mí en la oscuridad del dolor”.

Manténgase consciente, honesto y vulnerable

Estar consciente de sus sentimientos, ser honesto de sus propias necesidades y estar dispuesto a ser vulnerable son aspectos importantes de cómo enfrentar el dolor. Buchanan adopta estas prácticas en días en que necesita estar a solas. Envía a sus hijos un mensaje de texto, diciendo: “Este va a ser un día difícil. Estaré bien”. El mensaje les deja saber que no es un día en que desea recibir llamadas telefónicas. Se trata de un día de tranquilidad y espacio para el dolor.

Ciclista en una bicicleta para dos personas

El arte de la cubierta de Feeling Your Way Through Grief es simbólico. Buchanan explica, “El duelo es como tratar de manejar uno solo una bicicleta hecha para dos personas. Uno se sentirá sin equilibrio pero uno puede decir, ‘yo lo lograré”.

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“El sufrimiento es como un acordeón. Hay días en que quiero expandirme. Quiero respirar con profundidad. Quiero servir como voluntaria en la iglesia y sé que deseo hacerlo. Hay otros días en que uno necesita contraerse. Uno simplemente quiere estar sola. Uno sólo quiere ser. Me doy permiso para quedarme en pijamas, no hacer nada y llorar”.

“Después de permitirme este día de emociones, siempre termino sintiéndome mejor… más liviana”, explica Buchanan.

Haga lo que sea mejor para su corazón

Aunque son los eventos cotidianos e inesperados los que desatan el dolor, los peores días son cuando llegan las celebraciones especiales, como cumpleaños y días festivos. Cuando lleguen estos días especiales, considere qué sería lo mejor para usted.

En el primer cumpleaños de su esposo tras su fallecimiento, Buchanan decidió quedarse en casa, en lugar de pasar el día con amigos o familiares. Preparó el desayuno favorito de su esposo y vio su película favorita.

Cuando llegan las reuniones de familia, respeta las tradiciones. Nos comparte: “Todavía deseo asistir al servicio de Navidad, claro que sí. Pero llevo algunos pañuelos conmigo”.

Considere el impacto de la acumulación de pérdidas

“Algo que ocurre al envejecer es la experiencia de la acumulación de pérdidas. Amigos y familiares mueren o se mudan lejos. Uno se muda a un lugar más pequeño, lo que fuerza a desechar posesiones que uno apreciaba y que los hijos no quieren”.

Buchanan añade, “Hay muchos tipos de pérdida. De modo que, en la última etapa de la vida se produce una pérdida tras otra, tras otra, tras otra”.

Las pérdidas a menudo llevan a más y más cambios, lo que puede ser difícil. El mudarse a una nueva comunidad, entablar nuevas relaciones y decir adiós a cómo era la vida de uno por tantos años son razones válidas para el luto.

Buchanan se mudó a otra ciudad y se unió a una nueva iglesia. Nos cuenta de dicha experiencia: “Esto fue más difícil de lo que jamás me imaginé. Pero todo está bien. Necesitaba hacerlo. Quería hacerlo. Estoy contenta de que lo hice, a pesar de que fue difícil”.

Author Missy Buchanan  
Missy Buchanan habla en Festival of Wisdom and Grace, en Lake Junaluska. Cortesía de Missy Buchanan.

Échele un vistazo al libro

Al buscar un libro que la guiara a través de su duelo, Buchanan se dio cuenta que no había algo que fuera exactamente lo que quería. Recuerda, “buscaba algo que hablara en el lenguaje de un corazón roto”.

Feeling Your Way Through Grief comparte las breves notas que le escribió a su difunto esposo después de su muerte, así como preguntas que anima a los lectores a reflexionar sobre sus propias emociones. Ahora compartimos una historia sacada del libro que lleva como título “Mecedoras”.

El par de mecedoras del pórtico de la casa están ahora vacías, salvo por los coloridos cojines que se apoyan en los respaldos. Están en silencio e inmóviles. Sólo se mueven cuando sopla una tormenta que las hace bambolearse. La idea de ir al pórtico a sentarme en mi mecedora sin ti es más de lo que puedo aguantar en este momento. Tengo tantos recuerdos tiernos de conversaciones que tuvimos al terminar el día en ese pórtico. Bebimos refrigerios bajo el zumbido del ventilador. Saludamos a los vecinos que caminaban a sus perros en el parque al otro lado de la calle.

Durante la pandemia, el pórtico fue nuestro refugio, aquel lugar seguro para aventurarnos al mundo mientras el virus azotaba la ciudad. Nos mecimos y soñamos en irnos de vacaciones. Usamos FaceTime para hablar con los nietos. Hablamos de los problemas mundiales y de qué cocinar para la cena. Hoy me pregunto si alguna vez podré sentirme bien al sentarme otra vez en la mecedora, sabiendo que la tuya está paralizada por la muerte.

¿Qué es algo que antes te daba paz y que ahora te incomoda?

Extracto publicado con autorización del The Upper Room y Missy Buchanan.

Laura Buchanan trabaja en UMC.org, en United Methodist Communications. Contáctese con ella por email.

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