Cerrar las brechas generacionales y profundizar las relaciones

Uno de los dones más preciados que cada persona posee es su verdadero ser, la persona que Dios la creó para ser. El permitirnos conocer y ser conocidos es una bendición para todos los que son parte de nuestra vida, pero especialmente para nuestra congregación.

“Mi experiencia es que la iglesia es uno de esos pocos lugares donde se lleva a cabo un ministerio entre diferentes generaciones”, dice la Rev. Kathy Pittenger, coordinadora de iniciativas para niños de la conferencia de Michigan de la IMU. “Cada vez que nos rodeamos, sin importar la edad, de relaciones con otras personas de diferentes generaciones, tenemos la oportunidad de producir propósito, significado, profundidad y riqueza que quizá no disfrutaremos si nos mantenemos en nuestro grupo de iguales”.

Multigeneracional vs. Intergeneracional

La mayoría de los metodistas unidos ya participan en los aspectos multigeneracionales de la iglesia por medio de sus eventos y la adoración. Pero los ministerios intergeneracionales son más profundos porque alimentan relaciones entre gente de diferentes generaciones.

“Significa que hacemos más que sentarnos juntos. Nos involucramos unos con otros. Aprendemos unos de otros, nos enseñamos unos a otros, nos escuchamos unos a otros”, dice Pittenger.

 A muchos se nos hace difícil dejar nuestra comodidad para conectarnos con alguien que probablemente tenga experiencias diferentes de vida.

“Especialmente los adultos no creen saber cómo interactuar con una generación más joven”, dice Beca Nims, directora de ministerios para la familia de la IMU St. Paul, en Cedar Rapids, Iowa. “La generación más joven también está temerosa de entablar relaciones. Esto produce estancamiento. Ambos grupos se necesitan unos a otros, pero no saben cómo lograrlo”.

Encontrando una forma de conectarse

Si su iglesia ofrece oportunidades de ministerio intergeneracional, ¡participe! Sea generosa con su tiempo, conocimiento y verdadero yo. Siéntese al lado de otra persona para abrir su mente y corazón y recibir lo que otros suplen a la conversación.

Si su iglesia todavía no tiene una oportunidad estructurada para el ministerio intergeneracional, ofrézcase como voluntario para organizar una actividad sencilla que promueva las relaciones. Esto podría ser tan simple como proveer de ideas para iniciar conversaciones en la reunión, tales como preguntas abiertas. Anime a que la gente se siente junto a personas que no conocen. Por ejemplo, en la próxima comida comunal, ponga en cada mesa un letrero con un mes del año y pídale a la gente que se siente en la mesa del mes en que nacieron.

Los ministerios intergeneracionales no siempre tienen que juntar a adultos mayores con estudiantes de secundaria, sino se trata de juntar a otras generaciones también. Pittenger observa que las parejas que recientemente han llegado a la etapa de que los hijos han abandonado el nido se beneficiarían de la sabiduría de quienes ya pasaron por dicha época de la vida.

“La oportunidad para compartir una historia es realmente importante. Los jóvenes con poca experiencia de vida se beneficiarían de conversar con personas mayores con mucha experiencia, aunque el contexto sea distinto”, dice Pittenger.

Cree oportunidades

Si quiere avanzar más, Pittenger y Nims ofrecen las siguientes ideas para cerrar las brechas generacionales:

  • Compañeros de oración: pídale a los jóvenes que en una tarjeta escriban su nombre, intereses y peticiones de oración. Después pídale a personas de otra generación que oren por jóvenes en particular. Pittenger cuenta que su hijo desarrolló una relación con un compañero de oración que ha durado cinco años, incluso después de que la familia Pittenger se mudó a otro lugar. También ha visto a personas de edad asistiendo al Día de los Abuelos en la escuela.
  • Mentores: Sea durante el proceso de confirmación, la cuaresma o después de graduarse de la escuela secundaria, es importante que apoyemos a los estudiantes. El mentor podría juntarse con el estudiante en una cafetería después del colegio, o en algún evento de la iglesia. También podría escribirle una breve carta para preguntarle cómo van las cosas. Es bueno tanto para el mentor como para el estudiante que hablen de su fe, temores, gozos y luchas. Nims cuenta que ha visto a mentores asistir a los juegos de futbol de su estudiante o bien llevarlo a las reuniones de la iglesia.
  • Sirviendo juntos: El ocupar tiempo sirviendo al prójimo o los vecinos siempre es algo significativo, pero el compartir dicha experiencia junto a alguien de un trasfondo diferente es un momento maravilloso para aprender uno del otro. Pittenger lo  nota “porque trabajamos hacia una meta común”. Nims menciona que en su iglesia es fácil encontrar voluntarios jóvenes debido a relaciones pasadas que se edificaron a través de los ministerios intergeneracionales. El trabajar juntos refuerza nuestros vínculos.

Impacto de por vida

No cabe duda de que el ocupar tiempo en las relaciones intergeneracionales producirá beneficios duraderos. Nims afirma que “un estudio del Fuller Youth Institute informa que hay más probabilidades que una persona joven se mantenga conectada con una comunidad de fe, después de la escuela secundaria, si tuvo cinco interacciones o relaciones con adultos fuera de los miembros de su familia y los líderes de jóvenes”.

“El conocimiento es importante, pero los jóvenes se quedan a causa de las relaciones que tuvieron en el pasado… Creo que eso es nuestra vitalidad que avanza”.

Laura Buchanan trabaja en UMC.org, Comunicaciones Metodistas Unidas. Contáctese con ella por email.

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