¿Qué piensa cuando escucha la expresión “cinco de mayo”? ¿Cree que se trata de la versión mexicana del cuatro de julio? ¿Tiene que ver con largos sombreros y bigotes de mentira? ¿O quizá se habla de patatas fritas con salsa, o nachos con queso amarillo? ¿Qué del tequila?
Realmente hay mucho más detrás de la historia del cinco de mayo.
El cinco de mayo es un día feriado que se celebra en Puebla, México. Conmemora la fecha en que el ejército mexicano ganó la Batalla de Puebla en contra de Francia, en 1862. El cinco de mayo es un feriado relativamente menor en México. Se celebra más en los Estados Unidos que en México. En los Estados Unidos, hace mucho que el cinco de mayo se ha usado para celebrar la cultura y herencia mexicanas en las comunidades predominantemente México-americanas. Algunas comunidades que no son México-hispanas usan el día para celebrar el multiculturalismo y la diversidad latinoamericana.
Por muchos años, la celebración se ha impuesto en la cultural principal latina o no-mexicana, lo que con frecuencia ha resultado en algo ofensivo. En muchas formas, en nuestro país el cinco de mayo ha tomado elementos de la herencia y cultura mexicana y los ha convertido en una burla de estereotipos exagerados e incorrectos que aglomeran a todas las comunidades latinas en un solo montón. A causa del presente sentimiento y clima político que se tienen hacia los mexicanos y latinos, las últimas celebraciones del cinco de mayo han sido particularmente desagradables para algunas comunidades hispanas.
En el siguiente cinco de mayo, en lugar de “disfrazarte” como mexicano o mexicana, y poner fotos de “coronaritas” del tamaño de tu cabeza en Instagram, resuelve usar este día para orar por México, por las comunidades indígenas que sufren, por la gente que todavía padecen las secuelas de los devastadores terremotos del otoño pasado. Ora por los que sufren pobreza. Además, ora por las injusticias que mexicanos y latinos sufren en los Estados Unidos. Ora por los niños y niñas que permanecen en los centros de detención del ICE. Y si sientes que debes hacer algo para amortiguar el dolor, ¡Hazlo!
Si la oración no es tu don, está bien. Quizá el involucrarte tampoco lo sea. Pero por lo menos toma un momento para pensar que un pequeño ejército mexicano venció a los soldados franceses que ocupaban su territorio. Me recuerda la historia de David y Goliat. En aquel tiempo, México debía mucho dinero a Europa y el país pasaba por penurias económicas. El sobrino de Napoleón gobernaba Francia en ese momento, y envió a seis mil soldados bien armados a Puebla para tomar control del país. Benito Juárez, presidente de México, estaba seguro de que los franceses ganarían. Pero de todas maneras decidió improvisar un ejército de dos mil soldados. Al amanecer del cinco de mayo, el ejército mexicano atacó a los franceses. El general francés no se imaginó que este pequeño ejército pelearía tan bien. Al atardecer, el general francés se dio cuenta que había perdido la batalla y se retiró con su ejército vencido. Tal como David venció a Goliat lanzándole una piedra en la cabeza, el ejército mexicano logró una victoria inesperada.
El cinco de mayo nos recuerda que cosas improbables pueden ocurrir. Nos recuerda que hasta los débiles tienen poder. Espero que el cinco de mayo, el pequeño ejército mexicano y la historia de David nos recuerden que podemos vencer gigantes, obstáculos y defectos que se ponen en nuestro camino. La vida parece una interminable batalla, pero estas historias nos mantienen en la lucha.
Michelle Maldonado es Directora de Seeker Communications, en United Methodist Communications.
[Publicado 4 de mayo 2018]